LA LIBERTAD HUMANA
- Josep Navarro Besalduch
- 7 jun 2020
- 1 Min. de lectura
Actualizado: 15 jun 2020
Uno solo es libre cuando experimenta ataraxia y paz, y es prisionero cuando el sufrimiento le limita. Una mente en paz, sin deseos de analizar nada, es una mente realizada, no necesita nada más y puede descansar. Un cuerpo en paz, sin deseos de actuar para nada, es un cuerpo realizado, no necesita nada más y puede descansar. Un espíritu en paz, sin deseos de sentir nada, es un espíritu realizado, no necesita nada más y puede descansar.
¿Cómo se llega a la paz? Luchando, a base de cultivar virtudes, a base de entrenar la mente, el cuerpo y el espíritu a pesar de todo el sufrimiento recolectado, conociendo nuestras capacidades y nuestras limitaciones, y llegando hasta el punto de sentir que ya no tenemos límites, porque no queremos ni necesitamos llegar más lejos. No hay otro modo de ser libre de la vida, el esfuerzo inicial y constante es imprescindible para que el descanso y la libertad tengan lugar cuando sea el momento de poder parar esta rueda incombustible.
No esperemos libertad eterna ni absoluta, solo un equilibrio entre esfuerzo y gozo, entre deber y placer, entre hacer y no hacer, entre ser y no ser; así se construye el significado de nuestra vida, y con este control estable nos libramos de su yugo. Necesitamos un flujo intenso, estable y controlado de creatividad para ser libres de las presiones de estar vivo; la vida nos lo exige hasta que ya nos hemos desarrollado lo suficiente y nos da la libertad y la paz que merecemos.
estimada tiene toda la razón